Siempre se dice que cuando se compra una vivienda se está haciendo la mayor inversión que por regla general hace la familia o el individuo. Yo en lo personal no estoy del todo convencido de que al comprar la casa hago una inversión.
Comprar la vivienda da una sensación de logro, produce satisfacción. Alquilar, eso dice la gente, no es lo mejor, pues siempre pagará pero no poseerá el activo.
Lo cierto es que tanto comprar como alquilar tiene ventajas y desventajas. Cuando compra, en efecto, usted paga por algo que en 10, 20 ó 35 años será suyo.
En esencia, es un sueño de posesión que abrigamos por la duración de la hipoteca, si no ocurre nada que destruya el sueño. Al comprar usted se compromete a quedarse allí por el tiempo de la hipoteca a menos que piense en vivir unos años en la casa o vivienda y luego venderla, ganando la diferencia entre costo y venta de la vivienda. La vivienda propia, sea casa o apartamento, genera gastos: mantenimiento, decoración, seguros e impuestos, entre otros.
Alquilar tiene desventajas: la vivienda no será suya, no puede hacer modificaciones a la vivienda a menos que el o los dueños le den permiso, puede ser que las reparaciones necesarias no se las hagan a tiempo o que nunca se las hagan, y si usted las hace, puede ser que no se las paguen e incluso si usted se va, que le digan que usted no entrega la vivienda como debe y por lo tanto no le devuelvan el depósito pagado al mudarse.
La ventaja más grande es la flexibilidad que tiene de mudarse a otro sitio si no le gusta la vivienda. Podría negociar buenos alquileres si hubiese una baja en la demanda. No tiene que pagar impuestos ni preocuparse por el papeleo de propiedad, etc., y quizás podría ahorrar para otras cosas.
Hoy, independientemente de si compra o alquila, siempre debe cuidar sus referencias de crédito. Malas referencias podrían impedirle el acceso a la vivienda soñada; incluso si alquila, si las referencias crediticias no son buenas le podrían negar la posibilidad de alquilar un apartamento.
Ponga sus referencias en orden haciendo arreglos de pago o pagando las cuentas morosas. Incluso si tiene récord de pagos tardíos podrían negarle la hipoteca. Revise con una frecuencia cuatrimestral sus referencias crediticias.
Si piensa comprar una vivienda, revise su relación deuda-ingreso. Ella dice qué porcentaje de sus ingresos mensuales debe destinar al pago de sus compromisos.
Ideal sería que no utilice más del 25%-30% de sus ingresos para pagar deudas de préstamos, tarjetas, carro, etc. Para determinar esta relación, divida lo que paga mensualmente por sus compromisos o deudas actuales entre su salario bruto mensual.
Además es bueno que también revise lo que tendría que pagar por la letra de la casa, más seguros, más impuestos o costos de mantenimiento, y divida eso entre su salario bruto mensual. Ahora sume la letra de la casa más pagos de préstamos o tarjetas y divida eso entre su salario bruto. La relación no debería sobrepasar el 35%-40%.
Vivimos tiempos de incertidumbres y de riesgo y este aspecto usted no debe soslayarlo: ¿Cuán estables son su empleo o sus ingresos? Ahora usted tiene, digamos 30 años, y compra una casa cuya letra es de B/. 500.00 mensuales.
A sus 60 años habrá pagado B/. 180,000.00, y si luego desea vender, ¿cree que le pagarán eso o más por ella? Es su futura hipoteca a tasa fija o variable.
Casi todas las hipotecas en Panamá son de tasa variable y esto significa que cada cinco años su banco le dirá que le toca revisar su hipoteca y esto casi siempre significa un incremento de la tasa de interés y por consiguiente de la letra.Los impuestos a pagar por su casa no debe dejar de considerarlos aunque solicite una exoneración que ahora es de máximo 15 años.
Pasados estos y siendo usted mayor, ¿podrá pagar los impuestos de la casa? Si pensamos en el costo del mantenimiento, mientras más cara sea su casa, mayores serán estos costos. Los expertos aconsejan ahorrar 5% del costo de la vivienda para estos menesteres. No le digo que no compre. Le digo que piense bien lo que hará.
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